El Txakoli de Bizkaia-Bizkaiko Txakolina se caracteriza por las propias peculiaridades del Territorio. Su cultivo en explotaciones de media ladera, resguardadas de los vientos del norte y buscando la máxima insolación, con una altitud media de 50 a 200 m. sobre el nivel del mar, generalmente pequeñas y difíciles de mecanizar, hacen de él un producto elaborado como mimo y cuidado y con una calidad diferencial.
Las temperaturas templadas en verano gracias al efecto regulador del mar, que favorecen una lenta maduración.
La pluviometría ronda entre 1.000 – 1.300 mm., con lluvias más abundantes en invierno, primavera y parte del otoño.
La forma de cultivo habitual es el de espaldera, con marcos de plantación que oscilan entre 3 x 1,5 m. y 2,5 x 1,10 m.
Los suelos son variados, siendo en general de poca profundidad, ligeramente ácidos y de textura franco arcillosa, sobre roca caliza y margas, ligeramente ácidos…
El clima es de tipo atlántico, húmedo y templado. Aunque se trata de una zona con una menor luminosidad a causa de las nubes y la condensación, el viñedo recibe una mayor insolación gracias a encontrarse en parcelas con una especial orientación.
Al inicio del otoño, las primeras borrascas atlánticas se acercan a la península ibérica, generando vientos de componente suroeste. Húmedos y templados, conocidos como vientos ábregos. En la vertiente cantábrica norte, estos vientos generan un clima seco y cálido por efecto del efecto Föehn, generando las condiciones ideales para conseguir una maduración idónea, previa a la vendimia.